domingo, 22 de agosto de 2010

Entre dos luces

Se va acortando la tarde.
Un sol que remolonea
no quiere entablar pelea
con una luna cobarde.
Ascua que alumbra y no arde
es esta luz que se acalla.
El mar, generosa malla,
va amortajando al ocaso
y entierra luego, de paso,
su cadáver en la playa.

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