Vete con todas tus flores

Vete con todas tus flores
que está aguardando el verano
con tizón de fuego anciano
sus benditos esplendores.
Míralo por los alcores
y en la orilla de la mar
y no llores al marchar
porque es el del tiempo reclamo
que se quede mustio el ramo
de las flores de tu altar.

Visión del Coto

Viento y sal. Agua sencilla
bajo la tarde cobriza.
Una gaviota eterniza
su planeo por la orilla.
-Desigual avanzadilla-
una ola arroja espuma
y la tarde que consuma
el oro de sus caminos
dibuja a pincel los pinos
del Coto sobre la bruma.
.

Estepa

Junto a la amplia balconada
descansa el pueblo tranquilo
y la hermosa sierra, en vilo,
acapara la mirada.
Todo es calma abandonada,
espejo de tarde pura,
y la esbelta arquitectura
de sombras entre la luz
llena este pueblo andaluz
de cegadora hermosura.

Calle Feria

Del latir del corazón
sangre que llega a la arteria.
Sé que en esta calle Feria
siempre habita mi emoción.
Mirad. En cada rincón
tengo un recuerdo encendido.
No es amargo lo vivido
si la esperanza reempieza
cuando vence la belleza
los estragos del olvido.

Tres plazas

Tres plazas en la distancia
-Alfalfa, Pan, Salvador-
aún dibujan con temblor
los trayectos de mi infancia.
El pasado es una estancia
que el tiempo desamuebló
y de aquello que gozó
mi niñez sin sed ni daño
sólo queda de año en año
una rampa en que corrió.

Calle Betis

En cristal y en luz tallada
a los juncos paralela.
Sueña tu nombre, se encela
la ribera acariciada.
Desde esta orilla enfrentada
hoy te traigo a mi diario
tal quien sueña un estuario
en su larga travesía.
Tras de ti, cuánta alegría
Triana y su campanario.

Jardines de Murillo

En la pálida muralla
apura la tarde el paso.
Una daga es el ocaso
que acaricia y no avasalla.
De perfil teje su malla
la ascensión de la palmera
y de nuevo pareciera
esta hora silenciosa
que sonríe, misteriosa,
Catalina de Ribera.

María Auxiliadora

Sólo mi infancia tuviera
y ya tu nombre tendría
cuando al llegar este día
se hace tu nombre bandera.
Tan sólo un nombre encendiera
los destellos de mi aurora
y desde ayer hasta ahora
sería el nombre que rezaba
mi madre cuando nombraba
ese nombre: Auxiliadora

Rocío

Escarcha en breve fulgor
que entre pinos se ensimisma.
Agua clara de marisma
en ondas de azul temblor.
Quintaesencia de un fervor
que es de verde y alegría.
Con tu nombre se rocía
toda la gracia que encierra
este sueño de una tierra
que se llama Andalucía.

Pedro Alonso-Morgado

De las vides del Condado
fruto y fina orfebrería
la cadencia y poesía
de Pedro Alonso-Morgado.
Trazo de luz delicado
que mana siempre del alma.
Espejo de eterna calma
como el verde de los pinos
que llevan por lo caminos
a Almonte desde La Palma.

Divertimento (explicación de los ríos a mis hijos)

Río poderoso es el Tajo
y ved siempre con cariño
al Ebro también. El Miño
a su manera es muy majo.
Un poquito más abajo
viene el Guadiana a fluir.
Entre tanto ir y venir
casi me olvido de este
que bajo un cielo celeste
se llama Guadalquivir.

Campeones, campeones, campeones

A Antonio Álvarez


Con aquel fino central
del equipo de mi infancia
y también por elegancia
recordando al de Arahal
se ha ganado esta final.
Campeones, vamos, vamos…
La conclusión que sacamos
muy contentos y felices
es que caen también perdices
que no abate Juande Ramos.

Un Catedrático

Furtivo y tímido. Claro
y escolástico docente.
El ir a contracorriente
no resultaba en él raro.
Aún me siguen dando amparo
e iluminan sus lecciones.
Desde el tiempo y sus rincones
y la vida y sus reversos
hoy le dedico estos versos
y antepongo a los histriones.

Viejo colegio

Este viejo caserón
en las mañanas de invierno
cuántas veces mi cuaderno
vio dormido en un rincón.
En la fugaz condición
del tiempo pasó la vida
y de aquella edad perdida
o ganada de la infancia
queda sólo la distancia
y quizás alguna herida.

Carmen

En el nombre lleva el mar
y en el alma poesía.
Ya la luz de la Bahía
la ha acunado al despertar.
Nacer es como zarpar
desde un puerto marinero.
Que a su barquito velero
siempre con viento en la vela
le marque siempre la estela
y haga Dios de timonero.

Málaga

Es cristal. Es luz tallada
de marfiles y reflejos.
Es decir Pedregalejos
con la sangre enamorada.
Es sin odios la ensenada
de la mar y la Axarquía.
Tierra cabal de alegría
si la sueño y si la pienso
que hace azul el más intenso
corazón de Andalucía.

Viento de Levante

Viejo látigo que azota
y traza en el mar gacela.
Huracán que brinca y vuela
sobre crin de espuma rota.
Hasta ha huido una gaviota
con presteza y movimiento.
Tu furioso sentimiento
¿qué venganza antigua encierra?
¿Qué afrenta causó la tierra
al salvaje Dios del viento?

Daisy, Donald, Tío Gilito

Qué grande era aquel tebeo
de mi recuerdo infantil:
el Don Miki, con sus mil
y una historias y ajetreo.
Me parece que aún lo veo
-manejable y pequeñito-.
Todavía son un mito
de mi extraviada inocencia
Daisy, Donald, la opulencia
del avaro Tío Gilito.

Miguel Hernández

Pastor de versos. Perito
en las lunas y en el viento.
Vocero de un sentimiento
poderoso como un grito.
Traductor del infinito
que en el amor se embelesa
(siempre fiel a la promesa
que se dice y no se olvida
porque queda de por vida
en un rayo que no cesa).

Pueblo lejano

En la paz de la llanura
se adormece Los Palacios.
La cal llena los espacios
con su blanca arquitectura.
La espadaña marca altura
de un cielo sin una nube
y en la luz que baja y sube
astifina y primorosa
va escribiéndole a una rosa
Joaquín Romero Murube.

Calle Acetres

Calle estrecha que en la sombra
tiende su recto trazado
y en el tiempo ha conservado
adoquines por alfombra.
Hoy mi verso no te nombra
como no nombró siquiera
quien en tu entraña naciera
desde el fondo de su herida
la ciudad donde su vida
tuvo su infancia primera.

Jacaranda

Paralela, en una hilera
que ilumina la avenida
ondeando florecida
el morado en su bandera.
-Amante- deja en la acera
manto cárdeno abatido
susurrándome al oído
que agazapado y cercano
viene blandiendo el verano
su espada de sol henchido.

La nostalgia

Qué es la nostalgia, decid,
sino el modo en que la vida
nos vuelve siempre en herida
lo que gozó en buena lid.
De la nostalgia adalid
es sólo el tiempo perdido.
Lo sabe quien ha vivido
y al revivirlo comprueba
cómo el gozo siempre lleva
la semilla del olvido.

Granada

Porque el Darro no se atreve
a nombrarte yo te nombro.
Floritura del asombro.
Heredera de la nieve.
Qué cruel belleza aleve
hiere siempre en tu jardín.
Por un camino sin fin
déjame que vaya ahora
de tu Alhambra cegadora
a las cuestas de Albaycín.

Inventario de posibles lectores

Quien me conoce y me quiere.
Quien conocerme quisiera.
Quien, ni aunque me conociera,
me querría si me viere.
Quien quiere que desespere
aunque calle y no lo diga.
Quien quiere que luche y siga
por leerme algún segundo.
Gente que habita este mundo,
indiferente o amiga.

Día tonto

La luz ha venido a verte
y has cerrado la ventana.
Hay días que la desgana
manda e impone su suerte;
jornadas que uno convierte
a su costa en cuesta arriba
en que se va a la deriva
tal si atara el corazón
una innombrable opresión
o una amargura incisiva.

Recuerdo de una profesora

A Esperanza Galindo.


Culta y sensible. Distinta
en las formas y en el fondo.
Su mundo sereno y hondo
supe después que ahora pinta.
Corto del tiempo la cinta
que todo envuelve y alcanza
y culmino así esta andanza
que va del muchacho al hombre.
Vuelvo a recordar su nombre:
la profesora Esperanza.

Excursiones infantiles

Por llanuras y colinas
a la Itálica famosa
y alguna ocasión gozosa
Villanueva del Río y Minas.
Una granja de gallinas
o a Aznalcázar y sus pinos.
Con esos bellos destinos
los niños de mi ciudad
descubren otra heredad
y pisan nuevos caminos.

Llega mayo

Pasó abril y llega mayo.
Lo dice la luz que leve
se enseñorea y se atreve
a concentrarse en un rayo.
Un sol alto y sin desmayo
resplandece en los alcores
y aún libre de los sudores
que vendrán con el verano
roza el campo con la mano
el esplendor de las flores.

Dos de Mayo

El Dos de Mayo en mi tierra
nace de un Arco que esconde
una capillita donde
toda la gracia se encierra.
Quien diga Arenal no yerra
y allí lo puede sentir.
Que entre tanto ir y venir
bordaba aquí en su ribera
arenales y frontera
el río Guadalquivir.

Puerto de Santa María

Hecho de gran hermosura
es que tenga en la Bahía
un puerto Santa María
para la luz de su altura.
De su velero la amura
aquí tiene viento y fuelle
y porque el pacto se selle
a este Puerto da su nombre
para que el río se asombre
remansado junto al muelle.