viernes, 6 de abril de 2012

Oración de Madrugada

¿Recuerdas, Señor, recuerdas
en aquella Madrugada
mi sangre desmadejada
sin fuerza frente a las cuerdas?
Ven ahora, no te pierdas,
que vino el tiempo al relevo.
Ay, dolor en el que bebo.
Responde, Señor, y dime
por qué aún me aprieta y oprime
el esparto que no llevo.

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